Llevamos los cuentos a las prisiones

Desde hace algunos años, un grupo de narradores y narradoras, que ha ido variando a lo largo del tiempo, se ha ofrecido de manera altruista a llevar los cuentos a las prisiones.

La iniciativa fue, en primera instancia, de la narradora Margarita Borras que, colaborando con la asociación Dona i Presó, ofreció sus cuentos, al principio sola, con una periodicidad de 6 veces al año, en la prisión preventiva de mujeres Wad-Ras. Poco a poco esta periodicidad ha ido aumentando y también el número de colaborador@s que la acompañan.

Yo comencé a colaborar en el 2007 y, con algún periodo interrumpido, sigo asistiendo. Actualmente las sesiones que se ofrecen son mensuales y el grupo de narradoras somos: Margarita Borras, Helena Cuesta, Rosa Pinyol y yo misma, Carmen Glez.

En Wad-Ras ya se ha consolidado como actividad, aunque mes a mes nos hemos de ganar la confianza de las mujeres allí recluidas, para que nos presten sus oídos durante los 50 minutos que nos suelen quedar. Y es que hay mucha rotación entre las mujeres que habitan este centro. Cada mes es como comenzar de nuevo. Pero todo cobra sentido cuando percibes que  los cuentos se les van colando por los oídos y los ojos. Y te admiras ante sus comentarios, su espontaneidad y la manera en que los viven, muy parecidas a las de los niños.

Nos gusta pensar que durante un ratito podemos sacarlas de ese mundo y llevarlas al de la fantasía.

En algún momento, un grupo de presas comentó que ese rato de cuentos era “guay” y eso dio pié a que desde entonces nos llamaran las “Guays”. Hemos adoptado ese nombre. Sea quién sea el narrador o narradora que vaya a Wad-Ras, forma parte de l@s “Guays”.

Hace algunos meses, la prisión de Quatre Camins se puso en contacto con ANIN: Associació de Narradores i Narradors, solicitando la colaboración de narrador@s para algunas sesiones de cuentos allí.  ANIN ofreció a Margarita Borras la coordinación de este proyecto y bajo su tutela se han organizado varias sesiones de cuentos, coincidiendo con festividades concretas que determina la escuela de adultos del Centro penitenciario. La primera de ellas se ha dado en ocasión del período navideño.

Las  “Quatre Guays” actuales tuvimos el honor de abrir estas sesiones de cuentos en “Quatre Camins” el  jueves 18 de diciembre de 2014.

Foto: De izquierda a derecha: Rosa Pinyol, Helena (Coordinadora d’ensenyament), Margarita Borras, Helena Cuesta y Carmen Glez.

Esta vez nuestro público era de hombres, acompañados de las educadoras y coordinadoras del proyecto. La sala era una de las aulas de enseñanza y estaba repleta. Tras cada rostro, tras cada mirada, había una gran historia compuesta de miles de historias, pero ése día fueron otras historias las que habitaron: visitaron los abismos de un Dios que había olvidado crear al hombre, se sorprendieron cuando un marido cargaba con un demonio a sus espaldas atendiendo a las súplicas de su esposa, adivinaron que el amor es más grande que cualquier pobreza,  que las buenas obras siempre obtienen su recompensa, se deleitaron y salivaron unas deliciosas gallinas hechas a fuego lento, o eran faisanes, o tal vez ocas… acertaron al pensar que la mujer del espejo era vieja y fea, acordaron que el ingenio ofrece sin duda más recompensa que la avaricia y se rieron ante “les tres filles del rei sense faldilles”.

Nosotras recibimos sus comentarios espontáneos, sus aplausos, sus miradas de agradecimiento y un precioso detalle hecho a mano por ellos mismos, envuelto en un papel de colores que en vez de acabar en la papelera volvió a sus manos… y es que, las cosas más insignificantes, cuando se carece de ellas, tienen un valor incalculable.

Próxima visita en abril, para Sant Jordi. Y yo estaría encantada de repetir esta experiencia.

Llevamos los cuentos a las prisiones.